La Psiconeuroinmunología

La Psiconeuroinmunologia es una nueva disciplina científica, que se forma a partir de los años 80, apoyada en los descubrimientos de Ader y Cohen de las respuestas inmunitarias condicionadas y que postula la interacción bidireccional entre: el sistema nervioso centra, el sistema endocrino, el sistema inmune y la psique, para explicar la presencia de salud y enfermedad. La Psicoinmunología es el área de aplicación psicológica clínica de las evidencias experimentales obtenidas por la psiconeuroinmunologia.



ANSIEDAD ANTE LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS












Pablo Canelones

La pandemia del coronavirus ha generado la movilización de diferentes emociones. La ansiedad es una de ellas y se caracteriza por la activación psicofisiológica ante la espera de algo real o imaginario, que puede ser negativo o ambivalente. Es una emoción normal como la rabia, la alegría o la tristeza. Es una expresión humana asociada con el miedo ante el peligro. El hombre la ha sentido desde el inicio de la humanidad y la sentirá a lo largo de su vida, porque, un nivel óptimo de ansiedad tiene una función adaptativa.   

Es natural que se produzca ante una pandemia, por tratarse de una situación novedosa de peligro, amenaza, daño o pérdida potencial. Dentro del contexto de la pandemia, el motivo individual de la ansiedad puede ser actual, del pasado o anticipado; como una posibilidad futura indeseable. Los niveles de ansiedad son proporcionales a la evaluación subjetiva del peligro percibido o anticipado. La evaluación pueda ser racional o irracional. Centrada en experiencias personales, hechos demostrados o en generalizaciones sin fundamento.  

La respuesta psicofisiológica de ansiedad se manifiesta por niveles moderados o excesivos de: elevación de la frecuencia cardíaca, aumento de la frecuencia respiratoria, tensión muscular, sensaciones gastrointestinales, mareos, dolor de cabeza, sensación de ahogo, cansancio, opresión en el pecho, sudoración fría, inquietud, dificultades para focalizar la atención, concentrarse y recordar.

En la respuesta de ansiedad se pueden distinguir cuatro componentes a) emocional, la conmoción afectiva que impele a la acción, b) orgánico, las manifestaciones de la activación fisiológica, c) cognitivo, la evaluación personal del evento y d) conductual, las acciones para hacer frente a la situación. Para controlar o canalizar la ansiedad el psicólogo cuenta con un conjunto de técnicas dirigidas a tratar cada uno de los componentes y asegurar la efectividad. Son estrategias complejas para uso individual, previa evaluación de la situación particular del consultante.

Dentro del equipamiento técnico, también existen técnicas muy sencillas, de uso general y aplicación preventiva, Anexo a este artículo hay un audio con una técnica general, que va dirigida a controlar la ansiedad al: disminuir la tensión muscular, lentificar la respiración, distraer la atención en un tema distinto a la pandemia, y generar una emoción agradable por medio de la música.   

Ejercicio de meditación centrada en la respiración

CARACTERÍSTICAS DE LOS OBJETIVOS PERSONALES


























Pablo Canelones

La claridad de los objetivos personales aumenta la probabilidad de lograrlos. Las personas que obtienen sus metas realizan una actividad laboriosa, que se inicia con una lista general de deseos necesidades y deberes. Luego, convierten esa lista general en objetivos concretos, que  permite el diseño de un plan de acción, con actividades específicas e indicadores para apreciar la aproximación a las metas. La precisión de los objetivos personales supone que contengan las siguientes características:

1.-Deseados
Los objetivos personales expresan deseos o necesidades genuinas. De esta forma la motivación será intrínseca y permanecerá activa hasta materializarlos, independientemente de las dificultades o frustraciones que surjan en el proceso.
  
2.-Personalísimos
A diferencia de los objetivos, de pareja, familiares o institucionales, que son compartidos. Los objetivos individuales son personalísimos, es decir, son inherentes a las personas e intransferibles, como el honor, la integridad personal o la vida.

3.-Explícitos
La formulación de objetivos personales es un proceso intelectual laborioso. Parten de una idea difusa, incluso pueden ser varios objetivos mezclados en la conciencia. La escritura es la mejor forma de delimitarlos y darle las cualidades de viabilidad.   

4.- Mensurables
Los objetivos deben ser medibles, se les debe aplicar alguna unidad de medida. Debe contener la cantidad, duración, frecuencia o cualquier otra medida de lo que se desea obtener. Esa cuantificación permite valorar la progresión, mantenimiento o regresión del proceso.

5.-Específicos
El objetivo debe describir con la mayor exactitud posible lo que desea o necesita, dónde quiere llegar o el comportamiento específico que desea incorporar. La descripción detallada facilitará la definición de actividades necesarias para el logro del objetivo.

6.-Temporalidad
Es importante establecer el tiempo estimado para el logro de los objetivos. Pueden lograrse en días, semanas, meses o años, dependiendo de la complejidad de los objetivos. Cuando se definen en varios años, es recomendable establecer un plan con objetivos parciales, que se puedan cumplir en forma progresiva, en menor tiempo y que indiquen la aproximación.

7.-Realistas
Los objetivos son realistas cuando se adecuan a los recursos: personales, temporales, materiales y sociales, necesarios para obtenerlos. Cuando se formula un objetivo que no cuenta actualmente con los recursos personales o materiales necesarios, se puede establecer como un objetivo a largo plazo y formular objetivos específicos, dirigidos al logro de los recursos requeridos.

EL SISTEMA INMUNE: UN SISTEMA SENSORIAL

























Pablo Canelones

En la actualidad se considera que el sistema inmunológico es un complejo organismo sensorial. La verificación de que los sistemas nervioso e inmunológico utilizan un lenguaje bioquímico común, es uno de los descubrimientos más notables de la biología moderna.  La comunicación entre ellos se efectúa, mediante un conjunto de péptidos, neurotransmisores peptídicos y citoquinas, producidos por ambos. Estos mediadores químicos se trasladan por vía física y humoral, para actuar sobre un repertorio común de receptores y verificar la comunicación bidireccional. Este complejo sistema de superinformación y regulación (1), ha llevado a considerar al sistema inmune, no sólo como un sistema de defensa del organismo, sino también como un sexto sentido. Dotado de gran sensibilidad y especificidad, para detectar y avisar al sistema nervioso de la presencia de: virus, hongos, bacterias, y células tumorales, que son imperceptibles para los sentidos clásicos. (2).

El sistema inmune integrado a los sistemas nervioso y endocrino, en comunicación permanente, representa una gestalt. Es un sistema integrado de gran complejidad (3), que funciona como un sexto sentido. Se encarga de informar al organismo con una codificación diferente a la forma como usualmente conocemos nuestro entorno. Por tratarse de realidades que se verifican dentro del organismo, no se pueden escuchar, ver, oler, saborear ni tocar. El sistema nervioso tiene la capacidad de decodificar el mensaje con exactitud y adicionalmente elaborar una respuesta con las cualidades requeridas para movilizar al organismo a responder al desafío defensivo (4). Puede ser una respuesta efectora: bioquímica o conductual. Un ejemplo ilustrativo de esta comunicación y de la respuesta efectora conductual es el sickness behavior, o síndrome del comportamiento de la enfermedad.

El sickness behavior, fue descrito inicialmente en animales enfermos y está caracterizado por: fiebre, anorexia o disminución del apetito y letargo. Este conjunto de comportamientos inhibitorios de actividades no esenciales para el reto inmune, son la respuesta conductual a la necesidad del sistema inmunológico de disponer de la mayor energía posible, para realizar el proceso defensivo. Esta comunicación está determinada por varias citoquinas secretadas por los leucocitos en su proceso de defensa, los cuales incluyen la interleuquina (IL-1B, IL-6) y factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α). Estas citoquinas secretadas por las células fagocíticas mononucleares, activadas en el proceso defensivo, llevan la información por vía humoral o nerviosa al cerebro, para propiciar una respuesta proporcional al desafío defensivo planteado (5).

En los humanos, el comportamiento de la enfermedad se manifiesta por: anorexia, fiebre, letargo, disminución de funciones cognitivas, reducción de actividades sociales y malestar subjetivo. Todos estos síntomas se pueden inducir en sujetos sanos con inyecciones periféricas y centrales de lipopolisacáridos (LPS), un inductor de citoquinas y recombinantes de citoquinas proinflamatorias, como la interleuquina-1 beta (IL-1B). Existen evidencias de que las distintas manifestaciones del comportamiento de la enfermedad son mediadas por diferentes citoquinas. También se ha comprobado que la importancia relativa de estas citoquinas, no son iguales en los comportamientos de citoquinas periféricas y centrales (6). Estas evidencias pueden indicar la especificidad de la comunicación bioquímica, que efectúa el sistema inmune con el sistema nervioso, que podría ser percibido por la conciencia de una manera diferente a la mediada por los sentidos tradicionales y puede inducir respuestas química y conductuales cuantitativamente diferentes.

El sickness behavior, podría explicar la insistencia de algunos pacientes, sin antecedentes de hipocondría, en ser examinados de alguna parte del cuerpo, por sensaciones somáticas subjetivas, difusas pero significativas. Pueden ser alteraciones que pasan inadvertidas en un examen físico de rutina, pero luego de procedimientos más especializados, se evidencia algún proceso incipiente, aún sin manifestaciones clínicas perceptibles. La presencia de cualquier agente patógeno es suficiente, para activar al sistema inmune para actuar e informar la índole de la alteración, la región afectada y estructurar la conducta de alarma, que le impulsa a solicitar asistencia médica. El síndrome del comportamiento de la enfermedad es característico de los procesos neoplásicos, que puede mantenerse en el curso de la enfermedad (7). Con frecuencia es la primera manifestación clínica de baja intensidad, de enfermedades sistémicas o localizadas y puede confundirse con la instauración de un cuadro depresivo.

Referencias:
  1. Ferencík, M., Novák, M., Rovenský, J. (1998) Relation and interactions between the immune and neuroendocrine systems. Bratisl Lek Listy, 99, 454-64.
  2. Blalock, J. (2005). The immune system as the sixth sense. J Intern Med, 257, 126-38.
  3. Dozmorov, I., Dresser, D. (2011). Immune System as a Sensory System.  Int J Biomed Sci, 6, 167-175.
  4. Blalock JE, Smith EM. (2007) Conceptual development of the immune system as a sixth sense. Brain Behav Immun. 21(1):23-33.
  5. Johnson, R. (2002). The concept of sickness behavior: a brief chronological account of four key discoveries.Vet Immunol Immunopathol, 87, 443-50.
  6. Dantzer R, Bluthé RM, Gheusi G, Cremona S, Layé S, Parnet P, Kelley KW. (1998) Molecular basis of sickness behavior. Ann N Y Acad Sci. 856:132-8.
  7. Myers JS, Pierce J, Pazdernik T. (2008) Neurotoxicology of chemotherapy in relation to cytokine release, the blood-brain barrier, and cognitive impairment. Oncol Nurs Forum. (6):916-20.   

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