Pablo Canelones
El Dr. Robert Ader (1932 – 2011) psicólogo y fundador de la psiconeuroinmunología, nació en Nueva York, egresó como psicólogo de la universidad Tulane de Luisiana en 1953 y con Ph.D. en psicología en la universidad Cornell de Nueva York en 1957. Se desempeñó como profesor e investigador de psiquiatría y psicología durante 50 años en la universidad de Rochester Medical Center. Desde el año 1957 se interesó en el estudio del enfoque psicosomático, especialmente en la influencia de variables ambientales en la salud, que investigó con modelos humanos y animales. Acuñó el término de psiconeuroinmunologia para designar a un nuevo campo de investigación. Descubrió la respuesta inmunitaria condicionada y en 1975 diseñó junto al Dr. Nicholas Cohen un protocolo impecable que demostró que el sistema inmune podía ser condicionado y en consecuencia estaba influido por el sistema nervioso. Su producción intelectual está reflejada en múltiples artículos en revistas especializadas y libros. Fue creador de la revista Brain Behavior and Immunity en 1987, creador y editor del libro Psychoneuroinmunology, cuya primera edición es de 1981. Fue fundador y presidente de la Sociedad de Investigación en Psiconeuroinmunología y también de la Academia de Investigación de Medicina del Comportamiento y de la Sociedad Americana de Psicosomática. Su trayectoria y descubrimiento, le hizo merecedor de múltiples distinciones, entre ellas: el título de profesor emérito de la univerdidad de Rochester, título honorario de doctor en ciencias de la universidad de Tulane, título honorario de medicina de la universidad de Trondheim en Noruega.
De un capítulo sobre "perspectivas históricas de la psiconeuroinmunología" tomamos su definición de
este nuevo campo de investigación y las variables relacionadas.
“…La Psiconeuroinmunología se refiere más simplemente, al estudio de las
interacciones entre los procesos de adaptación de conducta, neurales,
endocrinos (o neuro endócrinos) y los inmunológicos. Su premisa principal es
que la homeostasis es un proceso integrado que involucra las interacciones
entre los “sistemas” nervioso, endócrino e inmune. El término fue primero
utilizado en 1980, en mi exposición presidencial a la Sociedad Psicosomática de
Estados Unidos (American Psychosomatic Society). Su uso más conspicuo fue como
título de un volumen editado al cual un crítico se refirió proféticamente como
“el volumen de un nuevo campo de investigación”. Ese primer volumen fue un
intento de aunar las investigaciones que sugerían una relación entre el cerebro
y el sistema inmune. Tradicionalmente, sin embargo, el sistema inmune ha sido
considerado una agencia autónoma de defensa, un sistema de defensa del cuerpo
regulado por las interacciones celulares que son independientes de las
influencias neurales. Además no había conexiones conocidas entre el cerebro y
el sistema inmune. Si se sabía que las hormonas, o, al menos las hormonas
adrenales podían influir sobre la inmunidad; y algunos investigadores eran
conscientes de que las lesiones cerebrales podían influir sobre las respuestas
inmunes; y además se sabía o como mínimo se sospechaba que los estados
emocionales estaban asociados con el desarrollo o progreso de las enfermedades
relacionadas con el sistema inmune. Muy pocos científicos en ese momento, sin
embargo, tomaron esas observaciones seriamente. Después de todo, no había
explicaciones mecanicistas de cómo podían suceder tales cosas.
Considerando
el corto tiempo durante el cual la investigación multidisciplinaria ha
considerado las interacciones del sistema inmune y del cerebro, se han
acumulado muchos datos como respaldo de la observación de que los mecanismos
homeostáticos son el producto de un sistema integrado de defensas del cual el
sistema inmune es solo un componente. La actividad del sistema nervioso
autonómico y el flujo neuro-endocrino vía pituitaria pueden influir sobre la
función inmune, y las citocinas y las hormonas liberadas por un sistema inmune
activado pueden influir sobre los procesos neurales y endocrinos. Los
receptores péptidos regulatorios antes confinados al cerebro, son expresados
por el sistema inmune y el nervioso y cada sistema es capaz de modular las
actividades del otro. Es poco sorprendente, entonces, que para encontrar que la
reactividad inmunológica pueda modificarse por el condicionamiento de Pavlov o
que los estados emocionales o de conducta que acompañan la percepción del mundo
real, o el esfuerzo de adaptarse a los hechos en ese mundo real, puedan influir
sobre las respuestas inmunes. Por lo tanto, la Psiconeuroinmunología, con éxito
desafió la noción comúnmente aceptada d un sistema inmune autónomo. Uno podría,
entonces, considerar la proposición de que en los cambios en la función inmune
intervienen loe efectos de los factores psicosociales y de las experiencias
estresantes de la vida en la susceptibilidad a ciertos procesos de enfermedades
y/o en precipitar o hacer que progresen esos procesos…”
Referencia
Ader,
R. (1995) Perspectivas históricas de la Psiconeuroinmunología. Psychoneuroinmunology, Stress and Infection (pp
1-21). Boca Raton: CRC Press
También le puede interesar en este blog:
1.-Brain, Behavior and Immunity: otro espacio para la ciencia
2.-Psiconeuroinmunologia
3.-Psicoterapia para la persona con glaucoma
4.-Estrés laboral y respuesta inmune
5.-Risa e inmunidad
6.-Condicionamiento clásico de la respuesta inmune
7.-Pensamiento psicosomático de Sándor Ferenczy
8.-Consulta psicológica online
9.-Conviértete en seguidor de este Blog
También le puede interesar en este blog:
1.-Brain, Behavior and Immunity: otro espacio para la ciencia
2.-Psiconeuroinmunologia
3.-Psicoterapia para la persona con glaucoma
4.-Estrés laboral y respuesta inmune
5.-Risa e inmunidad
6.-Condicionamiento clásico de la respuesta inmune
7.-Pensamiento psicosomático de Sándor Ferenczy
8.-Consulta psicológica online
9.-Conviértete en seguidor de este Blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios sobre contenidos, preguntas, inquietudes o nuevas informaciones que nos pueda suministrar.
Atentamente
Pablo A Canelones Barrios