La Psiconeuroinmunología

La Psiconeuroinmunologia es una nueva disciplina científica, que se forma a partir de los años 80, apoyada en los descubrimientos de Ader y Cohen de las respuestas inmunitarias condicionadas y que postula la interacción bidireccional entre: el sistema nervioso centra, el sistema endocrino, el sistema inmune y la psique, para explicar la presencia de salud y enfermedad. La Psicoinmunología es el área de aplicación psicológica clínica de las evidencias experimentales obtenidas por la psiconeuroinmunologia.



El EROTISMO Y LA SEXUALIDAD COMO EXPRESIÓN DE SALUD









Pablo A Canelones Barrios



El intercambio erótico como ejercicio de la sexualidad es una expresión de salud esencialmente humana, consiste en el despliegue de nuestra capacidad amatoria, que se verifica en el encuentro real o percibido con otro ser humano concreto o ideal con el fin de procurar placer, por estimulación erógena, simbólica o afectiva, es una experiencia compleja con participación de las esferas: cognitiva, emocional, espiritual y sensitiva, en un espacio físico y sociocultural determinado. Es el encuentro de dos personas quienes comparten un momento de comunión sensitiva sin sometimiento, como expresión o práctica de la libertad y disfrute compartido de la fantasía existencial de no estar solos. Como dice Kaplan “...La sexualidad y el amor son elementos muy importantes de la experiencia humana. La capacidad de amar y de experimentar placer sexual enriquece sobremanera nuestras vidas…” (Kaplan 1981) (1)

El intercambio erótico puede no ser genital, y tener una expresión sublimada simbólica, cuando Sor Juana Inés de la Cruz hablaba del amor en sus versos, lo hacía con una carga erótica extraordinaria, es sin duda una expresión de la sexualidad erótica no genital. De tal manera que la sexualidad no está definida por el acto coital ni por la función reproductiva, aunque puede comprenderla, pero no es lo definitorio. En este sentido dice Londoño “...A medida que vamos desentrañando lo que puede ser nuestra sexualidad, encontramos que más y más posibilidades siguen ocultas; quizás el proceso filogenético nos lleve en un futuro a descubrir que el sentimiento amoroso unido a la emoción sexual constituye la experiencia clave para muchas de nuestras incógnitas como especie. Es decir, la sexualidad posee algún sentido que aún se escapa a nuestras intuiciones y enfoques presentes...” (Londoño 1990) (2)

La expresión erótica del adulto no es necesariamente un conjunto de fuerzas amenazantes o desbordantes, desordenadas, que irrumpen en la adolescencia o en el momento de realizar la primera relación sexual genital, sino que más bien es el resultado final de un largo proceso de desarrollo que se inicia antes del nacimiento en la fantasía de los progenitores, sobre el deseo de generar un nuevo ser, de sus cualidades de género y proyecciones sobre sus relaciones futuras con los otros, el disfrute de la vida, el trabajo, etc, todo ello conforma un conjunto de representaciones que rodean e influyen como directrices generales de su existencia en dos direcciones, como una realidad placentera, erótica de celebración de la vida o de limitación del disfrute, más proclive al polo del sufrimiento y la muerte.

El erotismo está expresado desde la relación amorosa con sus progenitores, luego con el enamoramiento infantil, del niño o la niña cuando reconoce la existencia del otro de una persona diferente a ella, con quien le gusta estar y compartir, sintiendo fascinación por sus cualidades, emocionado por su cercanía, por momentos, sumido en la contemplación y con el alma henchida de placer por estar juntos o mirarse desde lejos con la misma carga emotiva, sin referencia genital directa. Hasta la voluptuosidad orgásmica del encuentro adulto, con el despliegue de todo el potencial erótico, creativo, sensual, en donde nos sentimos dueños de nuestro cuerpo, cuando nos fundimos o implicamos físicamente en un íntimo sentimiento compartido de placer, exaltación, que llega al éxtasis creativo, que genera vida para otro ser humano o que simplemente nos vivifica en el encuentro, porque siempre es un acto creativo pues participa de la energía renovadora del amor. El orgasmo, que significa la exaltación de la vitalidad, se convierte en la metáfora del renacimiento que tiene lugar después de cada encuentro y en la fantasía compartida de no estar irremediablemente solos.

En la relación erótica amorosa los participantes del encuentro deben sentir un nivel de intimidad que les permita ser libres de expresar sus fantasías, comprensión, simbolización, de compartir la subjetividad y la objetividad sin valoración fundada en ideas externas a la vivencia. Es una unión libremente elegida, seleccionada por cada uno de los miembros de la pareja, de tal manera que no entra en esa definición, el encuentro forzado, bien sea por intimidación, manipulación, o chantaje emocional, que implica sometimiento, posesión, es decir la violación de la intimidad del otro, su desconocimiento, cosificación, devaluación de sus cualidades humanas, es arrebatarle su dignidad, hecho que comporta el destierro del amor y la nutrición de la más profunda soledad, que en ocasiones puede ser compartida, cuando la pareja asume como propios valores competitivos, estableciendo una dinámica de poseedor poseído, en donde predomina el juego del poder sobre el juego amoroso. En especial la sexualidad femenina ha sido negada o mediatizada al ponerla solamente en función de la procreación, o para satisfacer a su pareja, en este sentido dice Londoño ”...La sexualidad femenina- ese permanente manantial de vitalidad- como premisa fundamental de la vida y especialmente del ámbito de interrelaciones humanas y de pareja, nos conmueve con felicidad o dolor de acuerdo a la forma como aprendamos a vivirla, bien sea aceptando, ignorando o trascendiendo la pauta de la propia cultura...” (Londoño 1990)(2)

Hacer el amor es un encuentro humano, deseado, de responsabilidad compartida, en donde se establece en forma progresiva una trama simbólica compleja de potencialidades, fuerzas, habilidades para el intercambio creativo, pasional, erótico-afectivo con la pareja, fundado en el amor, en la confianza, y el respeto por los límites impuestos por el momento evolutivo de su conciencia corporal , en la mutua valoración de sus atributos personales, no solamente biológicos, sino también sus cualidades psíquicas, psicosociales y espirituales. En este encuentro nos asumimos como personas, y sin perder su identidad, la pareja se funde en un sinfín de sensaciones y percepciones en donde participan todos los sentidos. En este momento de íntimo discurrir la pareja puede copular, con lo que el orgasmo será el cierre festivo, voluptuoso, del encuentro y por el disfrute de la sexualidad, y la recreación en cuanto a conocimiento de ambos en esa comunión existencial. 

En la sexualidad el cuerpo se manifiesta con un lenguaje propio, se expresa de esta manera y se establece una comunicación corporal, con un lenguaje común, difícil de descifrar en términos simbólicos, que sólo es inteligible a partir de la conciencia corporal y esta interacción hace que el soma, se modifique, cualificando el percepto o representación interna que se tiene de él, se modifica ante la presencia del otro, una persona que no soy yo, de esa manera se descubre el otro cuerpo y redescubre su propia realidad corporal y esto hace que se modifique, que se enriquezca, en términos simbólicos, afectivos y conativos, “...la sexualidad gratificante además de aportar calidad y alegría de vivir, fortalece la calidad de tolerancia frente a las dificultades”...Londoño (1990)(2) 

En esta relación de íntimo conocimiento se comparte el psiquismo, es lo que Dorsch llama “...Transfusión de la psique: paso del alma de un cuerpo a otro. La transfusión se efectúa, por ejemplo, mediante la captación del hálito del otro individuo o con un beso...” Dorsch, F. (1978) (3) .Por esta razón las prostitutas no besan a sus clientes, puesto que la entrega es carnal o corporal pero no espiritual ya que existe la creencia inconsciente de la transfusión de la psique, o el alma mediante el beso, por el intercambio del hálito vital o aliento de vida, en ella va contenido el amor, pero el comprador de placer, no puede ser depositario de este noble sentimiento por lo que es suprimido y en el caso que se produzca siempre será un beso falso, en donde está presente sólo el gesto pero no el contenido espiritual, subjetivo que lo hace verdadero pues esta manifestación de intercambio en el encuentro está reservado solamente para su pareja elegida libremente, con quien se funde en “cuerpo y alma” en este ámbito si se observa este orden ético, no existe la traición. En este sentido dice Bourgonje hablando de la actividad de las prostitutas, que ellas tratan de evitar abrazos y besos pues para ellas tiene una significación afectiva mucho más compleja que el coito. Durante las horas de trabajo hay una clara disociación entre las partes su cuerpo, y su psique. Los órganos quedan desconectados: las zonas erógenas y las manos pasan a ser “herramientas de trabajo” que no tienen nada que ver con el cuerpo como unidad. “prestamos nuestros cuerpos pero nunca nuestros sentimientos” decía una mujer a la escritora francesa Judith Belladonna...” Bourgonje (1980)(4)

Si pensamos en los valores de la competitividad, el avance de la política de los espacios públicos hacia los espacios privados de las personas, el influjo del lenguaje de la guerra y el conflicto sobre el encuentro y el amor, la velocidad en el flujo de información y lo efímero de los momentos y los objetos materiales y sociales, con sus secuelas en la calidad de vida y que dificultan las condiciones temporales para el establecimiento del vínculo amoroso que aseguren las condiciones para el disfrute y el encuentro placentero, más allá del contacto genital podemos hacernos una idea de por qué en el mundo está disminuyendo la frecuencia de la expresión de la sexualidad e incluso de la fertilidad en hombres y mujeres. Pero nuevamente nuestra visión parcial de nuestros espacios vitales ha generado una “solución química” que asegurará las erecciones para que se verifique el coito, o fecundaciones in vitro, haciendo abstracción de toda nuestra realidad psicosocial.

¿Podríamos imaginar una solución humana a este problema? ¿podríamos tomar conciencia de que estamos participando en la construcción de una racionalidad que expropia al hombre de sus dimensiones más sensibles? ¿podríamos construir y defender nuestros espacios vitales, para la expresión erótica de la sexualidad como fuerza vivificante y expresión del ser humano, en toda su complejidad y no solamente de su genitalidad? En este sentido Fromm nos previene sobre el funesto futuro que podríamos esperar de seguir integrados en forma acrítica a esta racionalidad. “toda sociedad que excluya relativamente el desarrollo del amor, a la larga perece a causa de su propia contradicción con las necesidades básicas de la naturaleza del hombre”... (Fromm 1980)(5)

REFERENCIAS

1.-Kaplan H (1981) El sentido del sexo. Edit. Grijalbo, Barcelona España.

2.-Londoño, M. (1990) Sexualidad femenina como práctica de la libertad. Nueva Sociedad. 109, 90-115.

3.-Dorsch. F. (1978) Diccionario de Psicología. Edit. Herder, Barcelona España.

4.-Bourgonje, F. (1980) La luna se desangra por el otro costado. Edit. Ateneo de Caracas, Caracas, Venezuela.

5.-Fromm, E. (1980) El arte de amar, una investigación sobre la naturaleza del amor. Edit. Paidós, Buenos Aires, Argentina.


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El valor de un psicólogo en la transición del cáncer









Entrevista realizada a Pablo Canelones por Mariann García
Y publicada en la revista Triángulo Deportivo 4/2/2015

¿Por qué buscar a un psicólogo cuando llega la mala noticia del cáncer a una familia?
Porque el cáncer es un diagnóstico que socialmente es “el peor de los males que puede tener una persona”, es equivalente a “una sentencia de muerte”, creencias que hoy día son absolutamente falsas, en el mundo mueren más personas por problemas cardiovasculares o accidentes que por cáncer, en los Estados Unidos hay más de diez millones de supervivientes al cáncer y en la actualidad cada vez más se le considera una enfermedad crónica que mortal. Sin embargo, por ser una enfermedad que puede poner en riesgo la vida en menor o mayor medida dependiendo del tipo de cáncer, localización, evolución, estadio, etc. Representa un estrés agudo que puede cronificarse y generar en la persona importantes niveles de sufrimiento que pueden derivar en estrés postraumático o depresión, que si no son tratados y canalizados adecuadamente interfieren con el tratamiento médico, por ejemplo hay reportes de dificultades de cicatrización de heridas y complicaciones quirúrgicas bajo estrés, igualmente mayor compromiso del sistema inmune y aumento de los afectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia cuando la persona sufre altos niveles de estrés o depresión.

¿Cómo deben actuar los familiares cuando saben de la enfermedad de un familiar cercano?
Se debe actuar con naturalidad, es decir en justa proporción con la situación planteada, sin dramatizar ni minimizar el diagnóstico, puesto que se trata de una enfermedad que potencialmente puede poner en riesgo la vida dependiendo de múltiples factores, en ese momento se impone la empatía con la persona afectada, colocarse en sintonía afectiva, acompañarla, escucharla, permitirle expresar sus dudas y temores, más que negar sus inquietudes o emociones, hacerle sentir que estamos allí, que cuenta con nuestra presencia y más que darle consejos o lo que creemos que necesita, preguntarle lo que requiere y la forma como quiere ser apoyada. Se sorprenderán que a veces no quiera hablar ni tampoco escucharnos sino que le acompañemos un rato en silencio.

¿Psicológicamente cómo deben ser tratados estos casos? ¿Cuál es el tratamiento ideal más allá de un medicamento?
El abordaje psicoterapéutico para las personas con cáncer es un tratamiento adyuvante al tratamiento médico y quirúrgico. Desde los años 50 se ha acumulado un número importante de investigaciones sobre el manejo de las variables psicológicas de las personas con problemas oncológicos, en la actualidad existen esquemas de tratamiento con lineamientos generales y específicos para los diferentes tipos de cáncer, el estadio de la enfermedad, el tipo de tratamiento médico, con actividades específicas para la multiplicidad de situaciones clínicas que pueden presentarse, grosso modo podemos señalar que todas persiguen como objetivos, la adherencia al tratamiento, disminuir el impacto del diagnóstico, equipar con técnicas de afrontamiento del estrés, a la persona con el diagnóstico y sus familiares, propiciar una óptima relación médico-paciente, apoyar las expresiones de la salud para mejorar la calidad de vida de las personas durante la etapa activa de la enfermedad y en el proceso de seguimiento y reevaluaciones, en donde se puede reactivar el impacto del diagnóstico inicial, por anticipación de malos resultados.

¿Cómo tratar de alejar a las personas de la palabra muerte e invitarla a luchar por la vida?
Esta es una situación muy compleja, depende de cada persona en particular, de variables conscientes e inconscientes que el profesional de la psicología puede evaluar para intervenir de la mejor manera ya que la muerte o la voluntad de vivir, son posiciones que asumen las personas ante el diagnóstico y que a veces pueden operar de forma implícita sin que llegue a verbalizarla, incluso la persona puede no estar consciente de ella. En términos generales se puede afirmar que la mejor manera de alejar la idea de muerte es hablando de ella con la persona, de sus pensamientos con relación a esta realidad que nos hace iguales a todos porque tarde o temprano todos moriremos, no sabemos cuándo y por eso debemos estar preparados. Este enfrentamiento y aceptación con nuestra propia mortalidad hace que se disipe la idea de muerte como angustia persecutoria y valoremos el estar vivos para hacerlo intensamente en el presente como la única realidad concreta que tenemos y desde allí desear y proyectar nuestra vida en las metas que construimos desde hoy con la esperanza de lograrlas.

¿Qué es lo más complicado de tratar a un paciente con cáncer?  
Yo diría que todo, porque las personas, tengamos o no un diagnóstico, somos complicados por el número de variables que influyen en el comportamiento, que nos hacen únicos en la expresión de las características compartidas, sin embargo uno de los temas de mayor atención en la persona con cáncer es la sensación angustiosa de intensidad variable que se instala desde el momento que se comunica el diagnóstico, que lo hace sentir una sensación de profunda individualidad existencial, que lo hace experimentar que aunque se encuentre rodeado de familiares, incluso de otras personas con cáncer, “soy yo solo quien tiene mi diagnóstico” y unido a esto el sentir la vulnerabilidad de estar bajo una espada de Damocles desde el momento inicial, que se reactiva con cada reevaluación, hasta que el médico declare que se encuentra fuera de peligro.

Desde su punto de vista ¿es tan importante un tratamiento médico como el psicológico cuando hablamos de esta enfermedad?
Desde mi punto de vista son igual de importantes pero en diferentes ámbitos, el tratamiento médico, constituido por: la quimioterapia, radioterapia, cirugía e inmunoterapia son los tratamientos cuya eficacia se han demostrado científicamente hasta el momento para aumentar la expectativa de vida de la persona con cáncer, y el tratamiento psicológico y psicoterapéutico son muy importantes para el aumento de la calidad de vida de las personas, en los años 80, con base en los resultados de varios protocolos de investigación se pensó que estaba relacionado también con el aumento de la supervivencia, pero protocolos posteriores no han sido concluyentes por lo que hoy se considera que ambos tratamientos son complementarios, nunca excluyentes o sustitutivos pero igual de importantes en su ámbito de aplicación.

¿Cuáles son las recomendaciones para las personas que sufren esta enfermedad y los que están a su alrededor?
Más que dar recomendaciones me gustaría compartir algunas de las cosas fundamentales que he aprendido de mi trabajo de apoyo psicoterapéutico durante más de 30 años con personas con cáncer: 1) El diagnóstico de cáncer marca un hito en la vida de las personas, un antes y un después que puede ser fuente de aprendizaje, si lo asumimos como una enfermedad que portamos y no como una condición que nos define, es decir es una persona con cáncer y no un canceroso, esta actitud implica un afrontamiento positivo y el mantenimiento del poder personal y la voluntad de vivir. 2) Desconfío de los tratamientos no probados científicamente que prometen la cura del cáncer y más aún cuando propician el abandono del tratamiento médico convencional, todas las personas que conozco que han logrado superar su enfermedad se han sometido a la quimioterapia, radioterapia, cirugía o inmunoterapia 3) El tratamiento psicológico y psicoterapéutico no deben indicarse solamente cuando se presentan problemas como la depresión, el estrés postraumático o las crisis de pánico, es mucho lo que puede hacer el psicólogo con el equipamiento de técnicas existentes para optimizar la acción del tratamiento médico, minimizar la frecuencia de complicaciones y aumentar la calidad de vida. 4) Como último y no menos importante aprendizaje es que la familia debe ser integrada en el proceso de recuperación, para que el apoyo necesario sea efectivo ya que como decía San Pablo toda ciencia y toda técnica son incompletas sin la calidez y fuerza del amor.
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Fuente: Triángulo Deportivo enlace: entrevista en Triangulo Deportivo



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La respuesta del cortisol al estrés mental podría predecir la hipertensión arterial.


























Pablo Canelones

El aumento de las respuestas cardiovasculares al estrés mental se asocia con el riesgo futuro de la hipertensión arterial. El papel del cortisol, una hormona clave en la activación fisiológica del estrés producida por el eje hipotalámico-pituitario-adrenal, sigue siendo poco claro. Los investigadores Hamer M. y Steptoe A. del Departamento de Epidemiología y Salud pública de la University College de Londres realizaron un estudio longitudinal, cuyos resultados publicaron en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism en el año 2012. El objetivo del estudio fue examinar en condiciones controladas de laboratorio la asociación entre la respuesta del cortisol inducida por el estrés mental y la hipertensión incidental. Este fue un estudio prospectivo de una cohorte ocupacional con 3 años de seguimiento. Trabajaron con 479 hombres y mujeres inicialmente sanos (edad media, 62,7 ± 5,6 años), sin signos de historia o evidencia de enfermedad cardiovascular ni hipertensión al inicio del estudio. En la evaluación inicial, el cortisol salivar se midió en respuesta a factores de estrés mental, que consistieron en una tarea Stroop de 5 minutos y una tarea de 5 minutos de trazado con espejo. La presión arterial se midió al inicio del estudio ya a los 3 años de seguimiento para la determinación de la hipertensión.

Los investigadores encontraron una considerable variación en la respuesta del cortisol al estrés cognitivo, aproximadamente el 40% de la muestra respondieron a las tareas de estrés con un aumento de cortisol de al menos 1 mmol / litro. Durante los 3 años de seguimiento, el 15,9% de la muestra desarrolló hipertensión arterial. Igualmente observaron una asociación estadísticamente significativa entre la reactividad del cortisol al estrés y la hipertensión, después de los ajustes por edad, sexo, cortisol en reposo, la presión arterial a la entrada del estudio, el tabaquismo , índice de masa corporal, hemoglobina glucosilada, el uso de estatinas y los lípidos sanguíneos.

Los investigadores concluyeron que la reactividad del cortisol, un índice de la función del eje hipotálamo-pituitaria-adrenal es uno de los posibles mecanismos a través de los que el estrés psicosocial pueden influir en el riesgo de hipertensión. A la luz de estos resultados podemos pensar que cualquiera de las técnicas psicobiológicas que disminuyen la actividad fisiológica del estrés son de utilidad curativa y preventiva. Puede consultar el artículo en el siguiente enlace.