Pablo Canelones
El pensamiento de hoy, sobre la integración psicosomática, lo encontramos en la obra de Sigmund Freud (1856-1939). Médico, neurólogo, psicólogo y psiquiatra, austríaco de origen judío creador del psicoanálisis y considerado una de las figuras más influyente en las disciplinas de la salud mental y en diferentes áreas del pensamiento universal del siglo XX. El sistema psicológico y psicoterapéutico desarrollado a partir de la práctica clínica, lo plasmó en una serie de artículos, ensayos y libros, recogidos en más de 20 tomos de sus obras completas. Aunque no desarrolló el tema de la medicina psicosomática, desde los inicios de su desarrollo teórico contempló la idea de la correspondencia entre estas dos realidades, unidas a las experiencias del desarrollo personal, social y antropológico para explicar la psique humana. La solidez de sus planteamientos teóricos, sobre la estructura y dinámica psíquica le dio un impulso decisivo al desarrollo de la medicina antropológica en Alemania y la medicina psicosomática en Estados Unidos. Entre las publicaciones más conocidas en todo el mundo, se encuentran: Estudios sobre la histeria (1895), La interpretación de los sueños (1900), La psicopatología de la vida cotidiana (1904), Tres ensayos sobre la vida sexual (1905), El chiste y su relación con el inconsciente (1905), Tótem y tabú (1912-1913), Sociología de las masas y análisis del yo (1921), Lecciones introductorias al psicoanálisis (1922), Mas allá del principio del placer (1922), El yo y el ello (1923), Nuevas lecciones de psicoanálisis (1933), Inhibición, síntoma y angustia (1936), Análisis terminable e interminable (1937), Construcciones en el análisis (1937), Moisés y la religión monoteísta (1937-1939). Recibió múltiples reconocimientos académicos, entre ellos: nombramiento imperial como profesor extraordinario de la universidad de Viena (1902) y se le otorgó el doctorado honoris causa por la universidad de Clark en Massachusetts (1909).
En un manuscrito de
1890, inédito en vida de Freud, titulado: tratamiento psíquico (tratamiento del
alma) se encuentra el texto, en donde se pone de manifiesto su idea de la
correspondencia entre lo somático y lo psíquico, abordó el tema de la
disminución de la resistencia a infecciones como consecuencia de variables
emocionales.
“…En
ciertos estados anímicos denominados “afectos”, la coparticipación del cuerpo
es tan llamativa y tan grande que muchos investigadores del alma dieron en
pensar que la naturaleza de los afectos constituiría sólo en estas
exteriorizaciones corporales suyas. Es cosa sabida cuán extraordinarias alteraciones
se producen en la circulación, en las secreciones, en los estados de excitación
de los músculos voluntarios, bajo la influencia, por ejemplo del miedo, de la
ira, de las cuitas del alma, del arrobamiento sexual. Menos conocidas, pero
perfectamente demostradas, son otras consecuencias corporales de los efectos
que ya no se incluyen entre sus exteriorizaciones. Estados afectivos
persistentes de naturaleza penosa o, como suele decirse, “depresivo”, como la
cuita, la preocupación y el duelo, rebajan la nutrición del cuerpo en su
conjunto, hace que los cabellos encanezcan, que desaparezcan los tejidos
adiposos y las paredes de los vasos sanguíneos se alteren patológicamente. A la
inversa, bajo la influencia de excitaciones jubilosas, de la “dicha”, vemos que
todo el cuerpo florece y la persona recupera muchos de los rasgos de juventud.
Es evidente que los grandes afectos tienen mucho que ver con la capacidad de
resistencia a las infecciones; un buen ejemplo de ello es el que han indicado
ciertos observadores médicos: la propensión a contraer tifus y disentería es
mucho mayor en los integrantes de un ejército derrotado que en los
triunfadores. Ahora bien, los afectos, y casi con exclusividad los depresivos,
pasan a ser con harta frecuencia causas patógenas tanto de enfermedades del
sistema nervioso con alteraciones anatómicas registrables, cuanto de
enfermedades de otros órganos; en estos últimos casos cabe suponer que la
persona afectada tenía desde antes la propensión hasta entonces ineficaz, a
contraer esa enfermedad…”
Referencia
Freud, S. (1890).
Tratamiento psíquico (tratamiento del alma). Argentina: obras completas,
editorial Amorrortu (vol.I, págs.: 118-119)
También le puede interesar en este blog:
1.-Pensamiento psicosomático de Sándor Ferenczy
2.-Pensamiento psicosomático de Humberto Maturana
3.-Pensamiento de Flanders Dunbar
4.-Pensamiento de Franz Alexander
5.-Pensamiento psicosomático de Lazarus y Folkman
6.-Consulta psicológica online
7.-Conviértete en seguidor de este Blog
También le puede interesar en este blog:
1.-Pensamiento psicosomático de Sándor Ferenczy
2.-Pensamiento psicosomático de Humberto Maturana
3.-Pensamiento de Flanders Dunbar
4.-Pensamiento de Franz Alexander
5.-Pensamiento psicosomático de Lazarus y Folkman
6.-Consulta psicológica online
7.-Conviértete en seguidor de este Blog
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios sobre contenidos, preguntas, inquietudes o nuevas informaciones que nos pueda suministrar.
Atentamente
Pablo A Canelones Barrios