La Psiconeuroinmunología

La Psiconeuroinmunologia es una nueva disciplina científica, que se forma a partir de los años 80, apoyada en los descubrimientos de Ader y Cohen de las respuestas inmunitarias condicionadas y que postula la interacción bidireccional entre: el sistema nervioso centra, el sistema endocrino, el sistema inmune y la psique, para explicar la presencia de salud y enfermedad. La Psicoinmunología es el área de aplicación psicológica clínica de las evidencias experimentales obtenidas por la psiconeuroinmunologia.



LAS CÉLULAS CANCEROSAS NO SON MALIGNAS. SON ATÍPICAS























Pablo Canelones

En las primeras etapas del proceso civilizatorio, los fenómenos naturales como: la enfermedad, la fertilidad y la muerte, eran realidades misteriosas. Las explicaciones y recursos terapéuticos eran basados en especulaciones sobrenaturales y religiosas. Los actores legítimos del proceso de curación han sido los curanderos, chamanes, sacerdotes y posteriormente los médicos. La secularización de la actividad médica ha sido un proceso difícil, lento y sostenido. Aunque en la actualidad se ha sustituido la mayor parte de la nomenclatura en función de las ciencias básicas, todavía persisten algunos términos con una significación cultural diferente al aspecto técnico que denota.

Uno de esos términos es el adjetivo maligno. La palabra maligno de acuerdo al diccionario de la RAE, es un adjetivo que proviene del latín malignus, que significa propenso a pensar u obrar mal. De índole perniciosa. En medicina dicho de una lesión o una enfermedad, y especialmente de un tumor canceroso: Que evoluciona de un modo desfavorable. En su cuarta acepción se refiere al diablo (príncipe de los ángeles rebelados) El maligno.

Desde la Edad Media, la cultura occidental judeocristiana partía de una serie de supuestos  fundamentales con relación a la enfermedad: se consideró producto del pecado, se relacionaba con el mal, y conducía potencialmente a la muerte, que era el pago del pecado. Todas las enfermedades eran malignas porque procedían de las fuentes del demonio a través del pecado. La salud, como todo lo bueno, provenía de Dios y era un estado de gracia o salvación. Quienes trabajaban con enfermos debían lidiar con las alteraciones corporales y el enfrentamiento entre: el bien y el mal, lo benigno y lo maligno, la gracia y la desgracia, la condenación o la salvación. Estos supuestos se impusieron incluso con la fuerza de las leyes y las armas. Y se encuentra vigente todavía, con más o menos fuerza, en el imaginario colectivo.
   
En el siglo XVII el médico, químico y filósofo naturalista Joahn Baptist van Helmont, en su obra “Ortus Medicinae” hablaba del origen de las enfermedades y la atribuía a invisibles orígenes de malignidad llamados por una idea morbosa, que se fijaban al “espíritu vital” como semillas. La curación representaba la expulsión de la idea morbosa y la purificación del espíritu vital. Introdujo las medicinas químicas y decía que actuaban en forma efectiva sobre el espíritu vital central, residente en el estómago. La explicación era muy aceptable para la época, pero el uso de la terapéutica química motivó su enjuiciamiento por el Tribunal de la Inquisición española de Holanda, por considerar que corrompía la Naturaleza con el uso de la química, contentiva de fuerzas magnéticas y diabólicas.

El médico y anatomista inglés Thomas Willis publicó en 1664 su obra fundamental descriptiva de la anatomía cerebral, con la que superó la visión que existía hasta el momento y fue considerado hasta el siglo XIX como clásico de la medicina y hasta nuestros días vigentes la descripción de los seis primeros pares craneales, así como una estructura que lleva su nombre. No obstante en su obra hablaba de categorías como los espíritus vitales y decía que se formaban en la materia gris del cerebro a partir de la sangre y pasaban a la materia blanca de donde eran enviados hacia los distintos conductos nerviosos.

Con el auge del experimentalismo en el siglo XVIII y los acontecimientos sociopolíticos en Europa y América, se dio un impulso a la medicina como disciplina experimental que permitió superar las explicaciones metafísicas. La enfermedad empezó a ser considerada un problema del cuerpo, explicado desde la fisiología y la fisiopatología. Sin embargo en la actualidad, aún con todo el desarrollo técnico y científico del campo de la medicina, se ha mantenido el término maligno. La malignidad en la medicina actual no hace alusión directa a lo demoníaco, sino a las enfermedades con procesos biológicos difíciles de revertir o que pone en riesgo la vida, como por ejemplo: la hipertermia maligna, el síndrome neuroléptico maligno, el síndrome maligno de la arteria cerebral media y el tumor maligno.

Igualmente en el caso del cáncer se hacen afirmaciones metafóricas que le atribuyen a las células atípicas la facultad de pensar, y de tener una intencionalidad negativa para el cuerpo. El adjetivo de agresivas, para referirse a ciertas células de algunos tumores cancerosos, hace referencia a esta cualidad emparentada subjetivamente con una visión metafísica y animista ya superada.

En la actualidad en el campo de la oncología, se define al cáncer técnicamente, como un término genérico para designar a un grupo de más de 200 enfermedades distintas, cada una de ellas con etiología múltiple, caracterizadas por hiperplasia, neoplasia y heterotipia, de comienzo unicéntrico o multicéntrico órgano-focal, con capacidad infiltrativa y metastatizante, que produce una sintomatología variable según la localización de la proliferación primitiva y de las metástasis y tiene una evolución variable en función del conjunto de características clínicas e histológicas del proceso neoplasico, de la persona y su entorno físico y social.

El diagnóstico de cáncer es un evento altamente estresante para la mayoría de las personas, por el conjunto de representaciones sociales negativas que se ha hecho de la enfermedad. Su carga perniciosa, está presente desde el origen del nombre que deriva de griego cangrejo, por la apariencia externa de los tumores infiltrantes, que asemejan al cuerpo y las patas del animal, pero también por el simbolismo del cangrejo, que los griegos relacionaban con el maligno. El simbolismo cristiano identifica el maligno con el demonio, de allí que los tumores, las células y la enfermedad lleven ese adjetivo.

El punto de partida de la psicoterapia, puede ser el consultorio del médico que comunica el diagnóstico, mediante una adecuada relación médico-paciente. Sobre la base de una escucha activa, puede evaluar tanto la cantidad como la calidad de la información a ser suministrada, en función de las necesidades y el diagnóstico específico de la persona que atiende. Es recomendable chequear que se ha entendido la información y que no hay, lagunas o distorsiones de lo comunicado. Recordemos que las distorsiones y la ausencia de información son un carburante para la generación de fantasías con relación a su enfermedad. Para el logro de este objetivo sería deseable hacer énfasis en la comunicación del diagnóstico incluyendo tres líneas centrales, dirigidas a la prevención psicológica primaria.

1.-Sustituir el uso de la expresión “tumor de células malignas” por “tumor de células atípicas”, disminuiría la carga simbólica negativa. Igualmente mejoraría buena parte del impacto emocional, que genera, alta sensación de vulnerabilidad, miedo, ansiedad y depresión, en la persona con el diagnóstico y a su entorno.
2.-Sustituir el uso de “células muy agresivas o poco agresivas” por células de división, crecimiento o movilidad rápida o lenta. Esta denominación o cualquier otra de carácter más descriptivo, elimina la idea persecutoria de una enfermedad con “voluntad o intención de dañar”.

3.-Descontaminar la idea del diagnostico de cáncer como una categoría global como “usted tiene cáncer” a “usted tiene un tumor canceroso” y dar la localización, metástasis etc. Con el fin de eliminar la idea errónea de estar tomado por el diagnóstico, es decir de estar complemente enfermo. Esta sensación puede generar la limitación del desempeño de la rutina diaria e incluso la adherencia al tratamiento.

Más allá del consultorio, se debe continuar promoviendo desde las instituciones oficiales y no gubernamentales programas para sensibilizar a la población, especialmente a los líderes políticos, deportivos, empresariales, etc. para limitar el uso del diagnóstico de cáncer para referirse a situaciones no médicas como representación de fenómenos que encierran: maldad, corrosión, deterioro o aniquilación, en expresiones infelices como por ejemplo “la corrupción administrativa es un cáncer”, “la inflación es un cáncer que termina con el salario de los ciudadanos”. Estas afirmaciones no solo enfatizan mitos y actitudes sobre el cáncer, sino que lesionan la sensibilidad de las personas con el diagnóstico.  
   
Recordemos que el desarrollo de una enfermedad no es sólo un problema técnico, profesional, teórico o de investigación. Se trata principalmente de una experiencia esencialmente humana, que posee cualidades profundamente conmovedoras, en el sentido de impactar y movilizar la sensibilidad emocional de la persona y sus seres queridos. Especialmente cuando se trata de una enfermedad como el cáncer que puede poner en riesgo la continuidad de la vida. En este sentido es vital la protección emocional de las personas y descontaminarla de los mitos y creencias negativas que pueden inducir altos niveles de sufrimiento sin base real. 


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DERECHOS SEXUALES Y ACEPTACIÓN DE LA DIVERSIDAD








Pablo Canelones


La sexualidad es una de las expresiones de la salud humana, que ha sido más incomprendida, negada o castigada. Inicialmente los griegos la consideraron con una visión permisiva, como una actividad placentera para el disfrute, al igual que la comida y bebida. Los romanos relacionaron lo sexual con la decencia, hasta el punto que las patologías genitales las llamaban morbus indecens. La Edad Media se caracterizó por una represión sexual institucionalizada. El cinturón de castidad femenino y otros artificios metálicos usados para impedir las prácticas masturbatorias, son expresiones de la mentalidad de ese momento histórico, que generó una visión de la sexualidad como tentación al pecado. En el siglo XIX, La Época Victoriana se caracterizó por la profundización de la represión de la sexualidad. La función sexual lícita, desde el punto de vista ético y jurídico era la reproductiva. La actividad erótica por placer, la masturbación y la homosexualidad eran: pecados, delitos o fuentes de enfermedades psiquiátricas, que debían ser institucionalizadas para corregirlas, en sanatorios o cárceles.

Desde finales del siglo XIX, empezó a cambiar la visión de la sexualidad. Con la obra de Sigmund Freud, y sus aportes sobre el desarrollo psicosexual, desde la infancia. Los siete volúmenes publicados por Havelock Ellis, sobre la psicología de la sexualidad humana, abordaron con una visión sistemática y científica: la masturbación, el placer sexual de hombre y mujer, la homosexualidad y bisexualidad como cualidades humanas. Los aportes de Margaret Sanger en Estados Unidos y Marie Stopes en Inglaterra sobre el derecho de la mujer a tener relaciones sexuales con métodos anticonceptivos, establecieron una separación entre sexualidad y reproducción.  Las evidencias aportadas por el informe Kinsey basado en una muestra de más de 5000 hombres y mujeres, sirvió para superar muchos mitos sobre: el placer sexual, la homosexualidad, la masturbación, masculina y femenina, la edad de inicio de la experiencia del placer sexual, entre otros.

En el siglo XXI ha cristalizado una visión diferente de la sexualidad como expresión de salud, sin embargo todavía persisten creencias y valores muy arraigados que generan actitudes negativas hacia personas que realizan algunas prácticas sexuales, que son consideradas inaceptables desde el punto de vista personal, por razones éticas, religiosas o culturales. Con el fin de sensibilizar a la población mundial sobre las nuevas perspectivas de la sexualidad basadas en evidencias experimentales y construcciones teóricas explicativas, las asociaciones profesionales del área de la sexualidad, han unido esfuerzos para el logro de esta meta.
   
La Asociación Mundial para la Salud Sexual, Word Association for Sexual Health (WAS) Es una institución internacional multidisciplinaria que incluye a miembros de la comunidad científica e instituciones no gubernamentales. Relacionadas con la investigación, asistencia, protección, divulgación y disfrute de las diversas expresiones de la sexualidad humana en todas las etapas de la vida. Su acción se dirige a todos los países del mundo, con el fin de apoyar programas e iniciativas dirigidas al desarrollo humano para el disfrute de la salud sexual.

La Asociación Mundial para la Salud Sexual, ha adelantado dos acciones centrales de alcance internacional, la primera es la elaboración y difusión de los derechos sexuales, fundamentados en los Derechos Humanos. Esta iniciativa fue elaborada con el aporte de las personas y organizaciones con equipo multidisciplinario y proclamada oficialmente en España en 1997, en el marco del 13 Congreso Mundial de Sexología. A partir de esta fecha se recibieron nuevos aportes y en 1999 se aprobó una primera revisión por la Asamblea General de la Asociación Mundial para la Salud Sexual en Hong Kong. Posteriormente en el año 2008 fue reafirmada dentro de un documento publicado por la Asociación, denominado “Salud Sexual para el Milenio”, La última revisión ha sido aprobada por el Consejo Consultivo de (WAS) en el año 2014.

La segunda iniciativa, es la celebración el 4 de septiembre de cada año del Día Mundial de la Salud Sexual, que se realizó por primera vez en el 2010. Cada año se realizan un conjunto de actividades que se resumen en un lema. En el 2010 el lema fue “hablemos de eso”, en tal sentido se organizaron encuentros de discusión y formación sobre la sexualidad como expresión de salud. En este año 2015 el lema es “Salud sexual para una sociedad más justa” con el fin de profundizar en la divulgación de los derechos sexuales de las personas.

Los derechos sexuales se han enunciado en 16 puntos fundamentales que van desde el “derecho a la igualdad y a la no-discriminación” hasta “el derecho al acceso a la justicia y a la retribución y la indemnización”. Mayor información sobre la declaración de los derechos sexuales en este enlace  para ver pinche aquí


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