“Al país que fueres, haz lo que vieres”
Una guía regia para la integración y el arraigo
Pablo Canelones
Probablemente desde la época del Neolítico, con el modo de vida sedentario y el desarrollo de la agricultura, el hombre generó un conjunto de términos basados en la observación de las plantas, para describir procesos humanos complejos. La raíz, es la estructura que ha servido de símbolo para relacionar a la vida con la tierra. La raíz se unió a la idea de origen, quizás por ser una de las primeras estructuras que se desarrolla en el proceso de germinación. Igualmente se ha relacionado con soporte ya que le sirve a las plantas para sujetarse, y absorber los nutrientes necesarios para su desarrollo pleno. De allí la palabra arraigar, que significa permanecer estable en un lugar, echar raíces para desarrollarse. Por extensión para los humanos, tener arraigo es estar profundamente vinculado a un espacio geográfico, al entramado social, a instituciones, a una persona, e incluso a un rol. Es un vínculo que genera, seguridad, sensación de pertenencia, sentimientos de amor y compromiso mutuo. Es parte del desarrollo de la identidad personal y social.
Con la emigración no se pierde el
arraigo con el país de origen, solo se detiene el desarrollo de ese proceso de
integración, que va cambiando en función del paisaje físico y social. Existe
desarraigo con el nuevo país de acogida, porque el emigrante no posee un
conocimiento del espacio geográfico, no ocupa un lugar en el entramado de la
diversidad de relaciones sociales, desconoce las pautas de comportamiento y el
uso del lenguaje público y privado. El dominio del idioma implica adentrarse en
la carga de experiencias culturales, es decir la fábula implícita en sus
expresiones. El emigrante debe satisfacer la necesidad de pertenencia y para
ello tiene que arraigarse, echar raíces. Reeditar el proceso de socialización,
vivido desde la infancia en forma natural, pero ahora debe hacerlo en otra
tierra, en el menor tiempo posible y de una forma consciente. Con la dificultad
que generalmente no se conoce cómo hacerlo. Incluso en oportunidades, ante la
angustia existencial, lo que se hace es aislarse o aferrarse al arraigo con la
tierra y las personas ausentes.
Las investigaciones recientes
sobre la forma como se establecen las relaciones entre las personas y los
grupos sociales, la conformación de las redes de apoyo, y las cualidades de la
comunicación humana, han aportado un cúmulo importante de información, que
sirven de base para las diez sugerencias que se ofrecen, con el fin de
propiciar el arraigo y sentido de pertenencia del emigrante.
1.-Aprenda a hablar el idioma del
lugar, tanto si es conocido como desconocido. Le ayudará a comunicarse en forma
más efectiva, el uso de los modismos, el vocabulario de uso frecuente en público
y privado. Ver noticieros y programas de la TV local le ayudara a lograr este
objetivo.
2.-Conozca y establezca
relaciones sociales con personas de la localidad. Para tal fin participe en
actividades donde pueda compartir medios, objetivos y logros de organizaciones
sociales locales, desde el gimnasio hasta agrupaciones políticas, religiosas,
culturales, ONG, o gremiales.
3.-Evitar el aislamiento, tanto
el instaurar una rutina de alta permanencia en el trabajo y la casa, como el
reducir sus relaciones sociales a la familia nuclear o los connacionales.
4.-Conozca las leyes del nuevo
lugar. Le ayudará leer la ley que se aplica a cada trámite burocrático que debe
realizar. Es recomendable que conozca la constitución, especialmente si posee
la nacionalidad, ella le proporciona una visión general de las normas fines y
valores de esa sociedad.
5.-Haga uso del “nosotros” en
cualidades que lo incluyan, para superar la fórmula de “ustedes y yo” que
indica separación o diferenciación y dar paso a la identidad grupal y el
sentido de pertenencia.
6.-Procurar el uso del posesivo
para bienes materiales o inmateriales, espacios, costumbres locales, tales
como: mi casa, mis vecinos, mi calle, mis conocidos, mi trabajo, mi ciudad,
etc.
7.-Aprópiese del espacio físico,
mire por la ventana el paisaje, observe los detalles, camine los alrededores de
su vivienda, preferiblemente a la misma hora, con el fin de coincidir con las
personas que tienen una rutina parecida, camine por su urbanización para tener
idea de la extensión, el terreno, etc.
8.-Seleccione un lugar público de
su agrado (supermercado, cafetería, barbería, peluquería, lavandería
automática, plaza, gimnasio, venta de revistas, iglesia) para visitarlo con frecuencia a la misma hora
para coincidir con las mismas personas y establecer vínculos materiales y
humanos.
9.-Céntrese en las semejanzas y
las diferencias con relación a su cultura, como cualidades descriptivas y en
lugar de evaluarlas como mejor o peor, hágalo en función de “me gusta más” o “me
gusta menos”.
10.-Centre su atención al final
de cada día en las cualidades de las personas, las instituciones o los espacios
físicos que le agradan, valora o estima. Tenga en cuenta que recordamos los
contenidos revestidos de carga emocional.
Estas sugerencias se harán más
fáciles, con un genuino interés en adaptarse al nuevo país y al grupo social.
Reconociendo en cada persona a un posible nuevo conocido o amigo y no a una
persona extraña, rara e incomprensible. Recuerda que antes que el otro te
acepte e integre, debes hacerlo tú con él. Entrar en el entramado social es
arraigarte y el arraigo es imprescindible para florecer.
Gracias Dr. Por sus sugerencias. Creo que la número 3 es la mas difícil de cumplir.
ResponderEliminarHola Alexandra, gracias por tu valioso aporte, realmente en los primeros momentos, cuando hay que trabajar la mayor parte del tiempo para cubrir los gastos es difícil, lo importante es tomarlo como una meta necesaria y avanzar en forma progresiva hacia ese objetivo.
ResponderEliminarExcelente articulo de gran utilidad para los momentos que estamos viviendo.Educarnos para la vida es nuestra prioridad. Gracias por su valioso aporte. Un gran abrazo.
ResponderEliminarMestre, gracias por tu comentario,esa es la idea, aportar algunos lineamientos para hacer frente a las dificultades, superarlas y florecer. Un abrazo también para ti
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