La Psiconeuroinmunología

La Psiconeuroinmunologia es una nueva disciplina científica, que se forma a partir de los años 80, apoyada en los descubrimientos de Ader y Cohen de las respuestas inmunitarias condicionadas y que postula la interacción bidireccional entre: el sistema nervioso centra, el sistema endocrino, el sistema inmune y la psique, para explicar la presencia de salud y enfermedad. La Psicoinmunología es el área de aplicación psicológica clínica de las evidencias experimentales obtenidas por la psiconeuroinmunologia.



EL VALOR DEL AUTOCONOCIMIENTO
















Pablo Canelones


Desde los tiempos de Sócrates se hizo énfasis en conocerse a sí mismo como el camino de la sabiduría. Esta idea la tomó el filósofo griego de la inscripción en el templo de Apolo en Delfos, que resumía las primicias de la sabiduría de los siete sabios “conócete a ti mismo y nada en demasía”. Posteriormente San Agustín afirmó que “en el interior del hombre está la verdad”. En la actualidad los psicólogos y otros científicos sociales han hecho aportes importantes en el proceso del autoconocimiento. Este objetivo de conocerse a sí mismo, se ha idealizado hasta el punto que parece inalcanzable, sin embargo, en términos sencillos y cotidianos son las dimensiones: persona, tiempo y espacio, porque desde esta base se construye la vivencia personal y se asume el poder de la autodeterminación individual y social.

Los humanos se diferencian del resto de los mamíferos por su capacidad de construir símbolos para: conocer, interpretar, dotar de sentido y controlar el ambiente. De la misma forma le ayuda a tomar conciencia de sí mismo, de su vida, su historia, su proyecto vital y su mortalidad. Incluso puede construir una representación de lo que hay después de la muerte o lograr una trascendencia por sus realizaciones simbólicas. El conjunto de representaciones sobre su realidad concreta que construye como sujeto activo de su existencia, constituye la conciencia personal. Esta construcción le otorga el poder de modificar esa realidad mediante acciones materiales o simbólicas con la consiguiente modificación de su conciencia personal ya que se encuentran íntimamente relacionadas.

El tener conciencia óptima de su realidad personal sustantiva y global, más allá del conjunto de roles que desempeñe, y de sus cualidades parciales. Le permite centrarse en la vivencia del presente y darle sentido a su continuidad existencial, al percatarse de dónde viene, el ahora o dónde está y hacia dónde se dirige. De igual manera puede analizar los recursos personales, materiales y sociales con los que cuenta para la ejecución de su proyecto personal. El darle sentido a su vida convierte los momentos aislados en un continuo existencial, alineados en función del sentido personal que le asigne, de sus deseos y aspiraciones. Esta capacidad está relacionada con la conciencia tanto individual como social y otorga una sensación de poder y control individual sobre su experiencia vital.

Cuando la persona se cosifica (se reduce su condición de persona a cosa) por el desconocimiento de sí misma o mediante la sustitución de su integridad personal por un adjetivo o una cualidad parcial, como por ejemplo: asmático, cardiópata, votante, trabajador, izquierdista, derechista, opositor, oficialista. Cada una de esas cualidades está integrada por un conjunto de representaciones reales o ideales, elaboradas en forma individual o colectiva y que generan expectativas de comportamientos cognitivos y afectivos, tanto del sujeto como de su entorno. Al ser asumidas o impuestas, sustituyen la conciencia personal y desde esta perspectiva se filtran los elementos de la realidad concreta que coliden con las creencias y se actúa en forma estereotipada en congruencia con el repertorio conceptual predeterminado que se ha asumido o impuesto.

Superar la cosificación asumida o impuesta y rescatar el poder personal implica un ejercicio de autoconocimiento, es decir, pensar con detenimiento sobre las cualidades personales estructurales: potencialidades, recursos cognitivos, emocionales y sociales, estima personal, dignidad, dominio, autodeterminación, al igual que las limitaciones. La posibilidad de encontrarse consigo mismos y con los otros, es mediante el reconocimiento personal y del otro en su visión más integral, transcendiendo las cualidades parciales y estereotipos, enfatizando en las características personales comunes, en los valores éticos trascendentes, en las aspiraciones compartidas, en las alegrías y sufrimientos, en las necesidades, es decir en las cualidades esencialmente humanas.  Cuando se asume el autoconocimiento, se rescata el poder personal y ni los vivos ni los muertos pueden restringir la autodeterminación individual o colectiva. 

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Pablo A Canelones Barrios