Pablo Canelones
Los rasgos psicológicos relacionados con el poder, como cualidad humana, al igual que otras características, se van desarrollando en el proceso de crecimiento y configuración de la personalidad. El ser humano tiene el poder de alterar la naturaleza, la sociedad y modificarse a sí mismo, incluso puede transformar aspectos estructurales de su propia biología. El médico español Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de medicina en 1906 dijo “todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro”. Hoy sabemos que también puede esculpir su sistema circulatorio, endocrino, inmunológico y su propia vida. La cultura es el conjunto de conocimientos, valores y símbolos con los que puede modificar, predecir e intervenir en diferentes situaciones. Este proceso complejo de transformación, focalizado sobre sí mismo es el espacio del poder personal.
Generalmente cuando se
habla del poder, se piensa en la definición política del término: como la
aptitud o investidura legal para ejercer ciertas facultades, otorgadas para
exigir u obtener de los otros, comportamientos que no hubiesen hecho
espontáneamente. Enfatizando el poder como una relación social de sometimiento,
obediencia u observancia de un comportamiento requerido. Otra visión externa
del poder hace referencia a cualidades metafísicas o fuerzas ocultas, con las
que son agraciados algunos individuos por mediación de divinidades o figuras
sobrenaturales. Otra visión relaciona al poder personal como una cualidad
excepcional de algunos líderes carismáticos que les habilita para conseguir
seguidores con facilidad. Nos centraremos en el poder personal como una
cualidad sustantiva intrínseca al ser humano, que se puede ejercer hacia sí
mismo o el entorno.
Cuando hablamos del
poder personal, hacemos referencia a una cualidad humana, presente en diferente
proporción en todas las personas y que está constituido por un conjunto de
cualidades internas. Se fundamenta
en la posesión de una adecuada
autoevaluación y el reconocimiento personal o social de la autoridad individual, conformada por: aptitudes, potencia física, emocional, cognitiva y conductual. Que
le permite construir de manera consciente y voluntaria su propia vida y seleccionar
con autonomía, sus objetivos materiales o simbólicos y lograrlos con eficiencia,
dentro del dominio o influencia que tiene la persona sobre la realidad interna
o externa y en función de los recursos sociales y materiales disponibles. A
diferencia del poder político, en el poder personal el énfasis de las
relaciones sociales se centra más en el apoyo para el logro de los objetivos
personales, que en el hecho de ser seguidores de su liderazgo.
El poder personal es
una cualidad humana compleja, porque implica un conjunto de variables o
constructos teóricos, elaborados por diferentes modelos de la psicología y las
ciencias sociales. Todos ellos contemplan cualidades relacionadas con el poder
personal, como atributo y acción. Entre ellos cabe señalar: La individuación de
Carl Jung, la autorrealización de Abraham Maslow, el sentido personal de Viktor
Frankl, el locus de control de Julian Rotter, personalidad resistente de
Suzanne Kobasa, La autoeficacia de Albert Bandura, las competencias de David
McClelland, la resiliencia de Michael Rutter, inteligencia emocional de David
Goleman, el empoderamiento de Paulo Freire y los desarrollos posteriores de este
término, aplicado a grupos vulnerables y más recientemente a las personas con
enfermedades crónicas.
Con base en las
referencias teóricas y los reportes de investigaciones realizadas sobre el
empoderamiento se pueden distinguir cinco grupos de variables relacionadas, a
saber: a) Significación: Claridad de los objetivos personales, capacidad para
vivir conscientemente y para seleccionar las experiencias relevantes dentro del
proyecto personal. b) Impacto: absoluta convicción en que su comportamiento tiene
una influencia determinante en el ambiente interno y externo. c)
autodeterminación: Autonomía personal capacidad de tomar decisiones en función
de sus cogniciones y emociones. d) Competencia: creencia en su capacidad para
evaluar las diferentes opciones de respuesta, para la solución de problemas. e)
Facilidad y destreza para pedir, recibir y dar ayuda: que implica, óptima
vinculación y el reconocimiento de los propios límites.
En consecuencia, el
poder personal es una cualidad sustantiva compleja, presente en los seres
humanos. Sustentada en competencias, aptitudes, creencias, emociones,
habilidades y destrezas, humanas concretas. Que amplían el repertorio de
opciones y facilitan la respuesta a las demandas ambientales y permite influir
decisivamente en el cuerpo y la psique. Al igual que otras características
psicológicas se va desarrollando en función del potencial y la estimulación ambiental.
La psicología posee un conjunto de técnicas y ha descrito las condiciones
favorables para optimizar el pleno desarrollo de esta cualidad humana, como un
proceso de crecimiento continuo. El ejercicio del poder para la construcción
cotidiana de la vida personal y social, genera una sensación de control y disfrute
singular.
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