Pablo Canelones
La capacidad de simbolizar es la cualidad que diferencia a los humanos del resto de los mamíferos. Las construcciones simbólicas le sirven para aprehender, conocer, interpretar, controlar y dotar de sentido al mundo que le rodea. Igualmente le ayudan a tomar conciencia sobre sí mismo, y reflexionar sobre su realidad existencial y su mortalidad. El conjunto de representaciones sobre su realidad concreta, tanto física como psicosocial, que construye como sujeto de su existencia, constituye la conciencia personal. La modificación del ambiente físico y social, o el cambio de perspectiva de esas realidades tienen una influencia directa en la modificación de la conciencia personal, pues se encuentran íntimamente relacionadas.
La conciencia personal
es la base de la identidad. Es la capacidad de reconocerse como sujeto, con un
conjunto muy amplio de cualidades personales, con una historia individual y
colectiva, en una cultura y partícipe de una trama de relaciones sociales, con
deseos y aspiraciones que le hacen un individuo único. El poder del
autoconocimiento consiste en responder tres preguntas fundamentales: ¿quién
es?, ¿cómo ha llegado a ser quien es?, y ¿hacia dónde se dirige?
Cuando se asume el ejercicio del poder del autoconocimiento y se le da sentido
a la vida, los momentos aislados se convierten en un continuo existencial,
alineados en función del sentido personal, de sus deseos y aspiraciones. Ese
nivel de conciencia otorga una sensación de poder y control individual sobre la
experiencia vital.
A las personas se les
puede cosificar, es decir tratarlas como objetos, por varias vías. Cuando no
tienen conocimiento de sí mismos. Cuando se induce una identidad personal sustitutiva,
representada por un adjetivo o una cualidad parcial, como: seguidor,
trabajador, pueblo, consumidor, conservador o liberal. Esta seudo-identidad
lleva implícita un conjunto de ideas y representaciones elaboradas por una
individualidad o grupo, del presente o el pasado. Son impuestas por repetición
y presión social y llegan a sustituir a la conciencia del sujeto. Una vez
asumida actúa como un filtro de los elementos de la realidad concreta que coliden
con las creencias personales y se actúa en forma estereotipada en congruencia
con el repertorio conceptual predeterminado que se le ha impuesto.
Cuando se asume el
poder del autoconocimiento, un elemento cotidiano como el día domingo, se
transforma en dies Dominicus (día del Señor) para los romanos dies solis (día
del sol) dos divinidades con igual poder simbólico. Es el primer día de la
semana para el cristianismo, consagrado a la liturgia. Para la mayoría de las
legislaciones del mundo tan solo considerado día no laborable. Pero este día de
descanso y celebración es propicio para el encuentro familiar, con amistades o
para reflexionar sobre sí mismo, o el poder personal, que implica conocerse, es
decir, pensar con detenimiento sobre sus cualidades personales:
potencialidades, recursos cognitivos, emocionales y sociales, estima personal,
dignidad, dominio, autodeterminación, al igual que sus limitaciones. Cuando se
apoya el autoconocimiento, se rescata el poder personal y ni los vivos ni los
muertos pueden conducir su vida.
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La verdad es que el problema se presenta en la relación social de naturaleza dialéctica entre el sujeto y el objeto; en este caso el objeto pasa a ser otro sujeto que es trasmutado por las vivencias, ideas, creencias del otro. Hay una transformación pero ella es producto de la invasión de su conciencia, lo cual es asumido de manera acrítica por el sujeto invadido. Sus funciones cognitivas básicas pasan a ser apropiadas por el otro, y este las acepta con un hecho natural. Se "difuminan" los procesos cognitivos superiores:pensamiento, memoria, creatividad, resolución de problemas. De ahí la importancia de tomar conciencia, empoderarse de los recursos personales con los que se cuentan, posicionarse ante los demás con ellos, para decirle al otro: "vamos a intercambiar o compartir ideas, principios, valores o criterios; tu me los muestras y yo "decido" si las adopto como propios. Me conozco y puedo decidir Yo soy Yo y tú eres tú. De ahí la importancia del Autoconocimiento querido amigo
ResponderEliminarEstimada Miren aprecio mucho tu comentario, creo que le agrega mayor claridad a mi artículo e introduce el reto que supone el encuentro, que si se produce sin sometimiento, en igualdad de condiciones en términos de autoconocimiento y aceptación será, como dices, necesariamente dialéctico y podrá generar una síntesis personal enriquecedora como consecuencia de cada encuentro significativo con el otro. Ese es nuestro reto individual y social
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