El jueves 23 de octubre de 2014, en el Aula Magna de la Universidad
Rafael Urdaneta, de Maracaibo, en el acto inaugural de las II Jornadas
venezolanas de Psicología de la Salud, V Jornadas venezolanas de Medicina
Conductual y III Jornadas venezolanas de ALAPSA, se le rindió un merecido homenaje a la
Dra. Silvana D´Anello Koch, la presentación de la semblanza estuvo a cargo de
Pablo Canelones.
Semblanza de Silvana D´Anello Koch
Pablo
Canelones
Buenas tardes apreciados colegas y congresantes de ALAPSA y la SIVMEC.
Me han concedido el honor de hablar de la Dra. Silvana D´Anello Koch, mi
hermana de promoción, ausente por primera vez de la organización y realización
de este evento, pues nos dejó físicamente el 9 de marzo de 2013, pero siempre
estará presente en el recuerdo, en el profundo vínculo afectivo que estableció
con sus seres queridos, con quienes compartió su vida académica y con quienes
tuvimos la dicha de compartir su amistad, esta fuerza sublime trasciende los
límites físicos.
Difícil tarea que se me ha encomendado por el conflicto que me plantea
el cumplir con la sobria formalidad que supone este acto y la tentación del
“ven acá y cuéntame” tan típico de Silvana, para relatar tantas anécdotas que
focalizan mi recuerdo. Procuraré hablar de ella con la mesura que le
caracterizó y como le hubiese gustado que hablaran de ella.
Silvana nació en Mérida, Venezuela, el 2 de mayo de 1958, sus padres
fueron el ingeniero Armando D’Anello y la abogada Anneliese Koch, descendientes
de italianos y alemanes respectivamente, pero con profundo arraigo venezolano,
de esta forma bautizaron a la niña con el nombre de Silvana Coromoto, como la
patrona de Venezuela. Esta diversidad cultural hogareña fundó la bases
formativas en valores como: el amor al conocimiento, al trabajo, la disciplina,
la responsabilidad y solidaridad social que luego enriquecieron las hermanas
dominicas de Ciudad Bolívar donde transcurrieron sus años de primaria y
bachillerato en el Colegio “Nuestra Señora de las Nieves”, cuyo lema era
“contemplar y dar lo contemplado”, lo que pareció ser una constante en ella, en
términos laicos: el saber, investigar, descubrir para dar.
En 1975 Ingresó a la Universidad Católica Andrés Bello, desde esa época
nos unió una fraterna amistad a consecuencia del trabajo en equipo que
compartimos en diferentes ámbitos, allí no solo cursó los estudios de
Psicología sino que además aprovechó para realizar las actividades de
alfabetización que organizaba nuestro padrino de promoción Jean Pierre
Wyssenbach en las barriadas de La Vega, y se comprometió con actividades
políticas en los sindicatos fabriles, e impulsó desde la asamblea de delegados
la creación del centro de estudiantes de psicología para darle solidez al
cogobierno estudiantil, de reciente formación en esa época. En 1979 ocupó el
cargo de representante estudiantil ante el consejo de escuela de psicología,
con el que inició su incursión en el ámbito de lo docente administrativo.
Egresó en 1980 con el título de Licenciado en Psicología, en 1986 obtuvo
la Maestría en Psicología Educativa en la Universidad Nacional Experimental de
Guayana y en 1997 el doctorado en Psicología Social en la Universidad de Kansas
USA, en donde alternaba sus estudios con la crianza de su hija María Fernanda y
contrae segundas nupcias con Juan Bosco Colina. En el ejercicio de su actividad
profesional, incursionó en la psicología educativa, en preescolar y en el área
de psicología laboral en la Corporación Venezolana de Guayana, para luego
orientarse definitivamente al campo de la docencia e investigación; primero en
el Centro de Investigaciones Psicoeducativas de la Universidad Experimental de
Guayana y desde 1987 en el Centro de Investigaciones Psicológicas de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes. Allí se desempeñó como
docente e investigador de pregrado y postgrado, llegó a ser Profesora Titular y
ocupó la dirección del centro desde el 2007 hasta su jubilación en el año 2010.
Su motivación de saber para dar se puso de manifiesto también en el
fortalecimiento de líneas de investigación integradas al trabajo académico, en
las que incluyó a estudiantes de pregrado y postgrado, para hacer de la
investigación una actividad inherente al proceso educativo. Han sido importantes
sus aportes para la creación y optimización de escalas de medición de
constructos psicológicos adaptadas a nuestro país, así como en aspectos
preventivos y curativos de enfermedades psicosomáticas y de alteraciones
psicológicas relacionadas con variables sociales o laborales. Su línea de
investigación más reciente estuvo relacionada con la psicoinmunología. Dirigió
varios protocolos sobre las emociones y su influencia en las inmunoglobulinas,
igualmente indagó sobre el humor y la risa, tema sobre el que aportó un modelo
sobre el humor y sus diferentes manifestaciones así como escalas para mensurar
cada una de ellas y relacionarlas con la respuesta inmune.
Su trabajo mereció reconocimientos nacionales e internacionales, como
dijo la Dra. Ligia Sánchez, Silvana “ha sido pilar fundamental de la psicología
de la salud en Venezuela”. Su creencia en la acción colectiva institucional o
en equipos de trabajo se puso de manifiesto en la multiplicidad de asociaciones
científicas nacionales e internacionales a las que pertenecía y en alguna de
ellas formó parte de su junta directiva. Fue Secretaria Internacional de la
Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud y Vicepresidenta de
ALAPSA- Venezuela, por solo citar dos ejemplos.
Ilustró con inteligencia, solidez teórica, disciplina, gracia y
sensibilidad su amor por el conocimiento y la investigación como un hecho
cotidiano e inherente a la actividad profesional, varias promociones de médicos
y psicólogos formados por ella han hecho de la investigación el centro de su
actividad laboral o parte de su rutina profesional aplicada. Su preocupación
por la formación de nuevas generaciones de psicólogos con sólida formación
científica fue uno de los motivos que le llevó a promover desde la dirección
del Instituto de Investigaciones la carrera de Psicología dentro de la ULA,
proyecto del que siempre habló con entusiasmo y con visión de futuro.
Cuando supo su diagnóstico, después de recuperarse del impacto
emocional, en concordancia con sus cualidades personales conformó un equipo
multidisciplinario para hacer frente a la situación. Nunca pensé que formaría
parte de su último equipo de trabajo para apoyarla en el logro de su objetivo,
de retar el pronóstico de la enfermedad. Lo hizo con tanta convicción que
supero más de 8 veces la expectativa de vida, tiempo que le permitió cerrar y
disfrutar de importantes eventos vitales, entre otros: el hermoso privilegio
como profesor universitario de imponer la medalla de graduación a su hija,
María Fernanda, recibir de manos de su hija e hijo político el título de abuela
con la llegada de Matias, y poder despedir a su madre Aneliese Koch. Igualmente
le sirvió para prepararse y preparar a sus seres queridos para el momento de su
partida de la que intuía su proximidad.
Sin dudas Silvana fue una persona muy especial: mujer, madre, esposa,
amiga, trabajadora incansable, directa en su comunicación, disciplinada,
afectuosa, protectora, solidaria, sencilla, con buen sentido del humor, de risa
contagiosa, buenos sentimientos y firmeza en sus convicciones. Permítanme
ilustrar estas cualidades con una anécdota. En enero de 2012 fue a Caracas a
hacerse unos exámenes, se quejaba de dolor en una pierna al estar sentada o
caminar, hablamos de un compañero de promoción que tenía muchos problemas y había
que ingresarlo a una institución. Enseguida me dijo que me acompañaría para
ingresarlo. Yo me hice el loco con la esperanza de que se le olvidara, pero el
día pautado, muy temprano en la mañana sonó mi teléfono y era ella, para
cuadrar los detalles del ingreso de nuestro amigo. Así era nuestra Silvana.
Quiero cerrar estas palabras con un hermoso mensaje que escribió su
esposo Juan Bosco Colina, a quien amó profundamente y con quien compartió los
últimos 19 años de su vida “…A Silvana hay que recordarla con amor, no con
dolor, aun cuando comprende nuestro sufrir. Cuando uno eleva una oración ella
lo percibe con entusiasmo. Son lazos de amor que se establecen entre dos seres
que se han amado y que se seguirán amando por siempre…”
Pido que nos pongamos de pie y hagamos un minuto de silencio en honor de
nuestra entrañable amiga Dra. Silvana D´Anello Koch.
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Atentamente
Pablo A Canelones Barrios