Tenemos un camino por recorrer en el sentido de construir un discurso sustantivo de salud que podría iniciarse con el rescate de sus expresiones. Una de ellas es el movimiento: una expresión y punto de encuentro de las diversas dimensiones humanas.
Pablo A. Canelones Barrios *
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l movimiento corporal es una cualidad humana y expresión de salud. Se
encuentra ligado a la íntima comunión con nuestro cuerpo y a la profundización
de sus posibilidades expresivas mediante la acción libre, creativa, auto y
alotransformadora en intercambio con el mundo físico y social.
Mediante la masa muscular acompañada de la percepción compleja de
nuestra corporalidad, la expresión motora es biopsicosociomotríz, entendiendo
que, en cada movimiento, hay: memoria, cultura, sentimientos, ideas y
relaciones sociales.
En el movimiento se expresa la
vitalidad, que es expresión de vida, mediante la actividad, el gesto de la cara
o de las manos, que comunican emociones; o, la marcha, que denota una intención
al igual que el cultivo de una habilidad motora particular que se manifiesta
por la gracia o destreza en ejecutarla y que sirve de adorno al sujeto (bailar,
montar a caballo, hacer gimnasia).
El intercambio amoroso y humorístico se expresa a través de los mimos y
de la risa con las pantomimas, otras de las diversas expresiones del
movimiento.
Desde las tradiciones más antiguas, se ha asociado el movimiento con la
vida como una cualidad intrínseca a ésta. Así, en la Biblia (Génesis 1:2), se
encuentra una referencia directa al movimiento como poder creativo: “Ahora bien
la tierra resultó sin forma y desierta y había oscuridad sobre la superficie de
la profundidad acuosa; y la fuerza activa de Dios estaba moviéndose de un lado
a otro sobre la superficie de las aguas...”.
El movimiento es una cualidad humana que representa vitalidad. Puede ser
interno como, por ejemplo, el metabolismo, la digestión, la circulación; pero,
sobre todo, es un proceso aloplástico, transformador, relacionado con la
metáfora del poder. Cuando no se aprecia el movimiento en una persona se dice: está muerto en vida, ya que se presume
la vida por el movimiento interno, pero se evidencia la muerte por la quietud,
la inmovilidad externa. La desmovilización de las tropas tiene implícita la
idea de la pérdida del poder, al igual que quien es sometido, detenido, es
despojado de su libertad de movimientos.
En este mismo
sentido dice Pacheco (1996): ”el uso del cuerpo como expresión de la salud, lo
apreciamos en el conocimiento y la valoración colectiva que de él se tenga, lo
que a su vez se manifiesta en la manera como cada persona gestiona, esto es, se
apropia de su cuerpo, a través, por ejemplo, del aseo, el ejercicio y el
deporte, el conocimiento y cuidado de su anatomía y funcionamiento y la
significación estética no enajenada que se le asigna como espacio para la
identidad”. En consecuencia, el movimiento, no solo tiene repercusión a nivel
del cuerpo, sino también a nivel emocional, social e intelectual; pero no como
influencia de uno sobre otro, sino como una unidad compleja de relaciones inseparables.
”El ejercicio físico moderado al aire libre (marcha, paseo, deporte, etc)
parece irrigar el cerebro a la par del resto del cuerpo, y favorecer así el
ciclo de intercambios que regulan el mecanismo intelectual” (Veraldi, G. B. 1974).
El hombre se diferencia del animal por la multiplicidad de movimientos
que es capaz de hacer, por la ausencia de estereotipias instintivas. Esto
quiere decir que, el hombre es capaz de realizar cualquier tipo de movimiento
con su cuerpo que no se encuentran delineados, sólo biológicamente, sino que
son producto de su cultura; incluso, hay gestos, posturas, movimientos
diferentes en cada generación dependiendo de su adecuación a los desarrollos
culturales y sociales.
El movimiento es, además, una necesidad básica del ser humano que
comparte con otros seres vivos. En condiciones experimentales, se ha logrado
producir úlceras gástricas en animales de experimentación sometidos a
condiciones que le impiden la movilidad.
El movimiento está relacionado con la emoción. En algunas culturas, la
expresión de ciertas emociones ligadas a la agitación de las pasiones, es
prohibida; por lo tanto, reprimido el
movimiento para que no aflore y ocultar la emoción, el sentimiento genuino, o
la gesticulación que la denota. Mediante el movimiento se expresan las
emociones, que no es más que agitar las pasiones y moverlas hacia fuera: cuando
nos conmovemos nos movemos hacia la comprensión, y ello significa ponernos en
sintonía afectiva con el otro.
Una forma de expresión del movimiento es mediante el ejercicio que se
define como cualquier actividad psicofísica que ponga en movimiento el cuerpo a
consecuencia del cual se produce un aumento de la frecuencia cardiaca y
respiración profunda. Incluye el tiempo que pase la mente concentrada en
actividades físicas por la íntima relación psicofísica que actúa
bidireccionalmente. Así, se ha demostrado que la visualización de ejercicios y
metas deportivas en el entrenamiento de atletas de alta competencia, aumenta en
forma significativa su rendimiento y desempeño en el campo. Incluso, si una
persona debe estar en cama, le ayudará moverse en ella hasta donde la comodidad
se lo permita. Hay estudios que revelan diferencias importantes en los
promedios de tiempo de recuperación entre personas hospitalizadas completamente
inactivas y aquellas que desarrollan aunque sea pequeños tramos de actividad
física poco exigentes durante su permanencia en el hospital.
El ejercicio ha sido una de las manifestaciones del ser humano más
estudiadas y relacionadas con variables de orden biomédico, por la facilidad de
su cuantificación en términos físicos, tales como tiempo para su ejecución,
velocidad, distancia, etc. No obstante, la metáfora que se encuentra inmersa en
la ejecución del ejercicio, es la apropiación y disfrute de nuestro propio
cuerpo, es la reapropiación significativa de cada una de nuestras posibilidades
de movimiento de coordinación de nuestras ideas con la manifestación corporal
de ellas en forma conciente, de la valoración de cada una de las partes de
nuestra realidad corporal y el simbolismo que encierra cada una de esas partes,
cada uno de esos movimientos o posturas, quietud.
Hay suficientes evidencias como para admitir que el ejercicio tiene
efectos positivos sobre la disminución o desaparición de enfermedades que
actúan como impedimentos para que la salud se exprese (Berlin y Colditz, 1990;
Biddle y Armstrong, 1992; Blair, Kohl, Gordon et al., 1992; Buchner, Bereford,
Larson et al, 1992; Camacho, Roberts, Lazarus et al; 1991; Wagner, Lacroix,
Buchener et al, 1992.
El ejercicio debe movilizar y facilitar la expresión de la energía, la
fuerza y la vitalidad, y no eliminarlas. No son compatibles los beneficios
físicos y la tensión emocional. Poner el cuerpo en movimiento, debe ser una
actividad placentera que propicie la expresión global biopsicosociomotríz en
armonía grata. No debe convertirse en una tarea persecutoria y retadora fuente
de estrés y frustración, en consecuencia, la gimnasia no debe ser extenuante
para que resulte eficaz.
En general, hay que efectuar ejercicio mientras produzca placer, ya que
lo que se quiere, no es quedarse sin energía, sino producir más; por eso se
debe evitar el agotamiento displacentero que impide sentirse pleno de energías.
La asociación entre ejercicio y estrés por abuso del cuerpo es lo que se
ha asociado con la baja expectativa de vida de los atletas de alta competencia,
comparados con la población general. Con la continuidad en la ejecución del
movimiento, el estado mejorará y la capacidad aumentará, de modo que el dintel
de esa sensación de placer, también será mayor. Durante la ejecución de
cualquier ejercicio, se debe estar en contacto con la identidad global,
prestando atención a los pensamientos, emociones, respiración y transpiración,
como indicadores del beneficio del ejercicio.
Pero, el movimiento, puede estar expropiado o mediatizado por las
influencias insaciables de lucro del mercado que, hace que el movimiento, sólo
se puede realizar con cierto tipo de ropa o calzado de alta tecnología y costo,
y en lugares dotados de aparatos sofisticados para la realización de ejercicios
gimnásticos o aeróbicos, que requiere ciertas condiciones físicas y materiales
para realizarlos.
No obstante, la expresión de la salud mediante el movimiento, requiere
solamente de dos condiciones básicas: un cuerpo y un espacio vital público o
privado donde se pueda dar rienda suelta a la expresión corporal, ni siquiera
se requiere tener ropa adecuada. La
gimnasia, de acuerdo a la etimología de la palabra, significa hacer ejercicios
físicos, adiestrarse desnudo, pues deriva del griego gymnos que quiere decir
desnudo. De tal manera que, el movimiento en cualquiera de sus manifestaciones,
es absolutamente gratis: nos pertenece. Pueden venderse máquinas, ropas y
calzados diseñados especialmente para ejercitarse; pero no el movimiento, pues
se encuentra integumentado en nuestra personalidad.
Decía Wilhelm
Reich: ”nuestra mente no puede sentirse unida al universo mientras no haya
aprendido a habitar el cuerpo, a disfrutar sin ambigüedades las sensaciones
corporales”. De allí que un plan de promoción de la salud, debe hacer un
esfuerzo colectivo por el rescate y defensa de los espacios públicos para el
movimiento significativo (Pigem, J. 1994), para el ejercicio del poder personal
y la libertad.
Referencias
Berlin,J.A. y Colditz,G.A.(1990), A meta-analysis of physical activity in the prevention of coronary heart disease,
American Journal of epidemiology, 132,
612-628.
Biddle, S. y Armstrong,N. (1992). Children's physical activity: An exploratory study of psychological
correlates. Social Science and Medicine, 34, 325-331. Blair,S.N; Kohl,H.W; Gordon,N.F. y Paffenbarger,R.S. (1992)How much
physical activity is good for health?, Annual Review of Public Health, 13,
99-126 Buchner,D.M.; Bereford,S.A.A.;
Larson,E.B.;Lacroix, A.Z. y Wagner,E.H.(1992) Effects of physical activity
on health status in older adults II: Intervention Studies. Annual Review of
Public Health, 13,469-488.
Camacho, T.C. ;Roberts,R.E. ; Lazarus, N.B.
;Kaplan, G.A. y Cohen,R.D.(1991). Psysical activity and depression:
Evidence from the Alameda Country Study, American Journal of Epidemiology, 134, 220-231.
Pacheco, E. (1996) Desde la interpretación médica de la salud-enfermedad hacia
una teoría de la salud como proceso humano social. En: Cuadernos de Postgrado
Nro.12 Fondo editorial Tropycos CEAP Caracas, Venezuela.
Veraldi,G; Veraldi,B: (1974) Psicología de la creación. Edit.Mensajero, Bilbao, España.
Wagner,E.H.; Lacroix,A.Z.;
Buchener,D.M. y Larson,E.B.(1992).
Effects of physical activity on health status in order adults I: Observational
studies. Annual Review of Public Health, 13,451-468.
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